Habiendo llegado en la anterior etapa al Puerto de Navacerrada, a 1858 m y quizá el lugar habitado de la Comunidad de Madrid con temperaturas más bajas, nos encaminamos ahora a la Pedriza, pasando por el Alto de Guarramillas y La Maliciosa. Además, en esta etapa conoceremos los primeros tramos del río Manzanares, en los llamados Chorros, para terminar en Cantocochino.
Salimos del Puerto de Navacerrada (1858 m), al que llegamos en la etapa anterior, y remontamos hacia el Alto de Guarramillas. Esta vez vamos primero a la derecha para luego ascender por la zona del ventisquero de la Estrada, en la cuerda de las Cabrillas, alcanzar el camino de cemento un poco más abajo de Dos Castillas y llegar a la cima. Tenemos enfrente la Maliciosa (2227 m), con el collado del Piornal en medio, y allá vamos.
El camino de bajada hacia dicho collado comienza desviándonos un poco hacia la izquierda. El recorrido está muy marcado. Pasado el collado y para auparse a la cima, la senda tiene muchas piedras. Es mejor ir por la zona de la derecha hasta la cumbre de Maliciosa (2227 m). Desde ella tenemos unas vistas impresionantes de la zona sur del Guadarrama.
Retrocedemos por nuestros pasos hasta alcanzar de nuevo el collado del Piornal, reconocible por el pluviómetro que en él se encuentra. De aquí parte hacia la derecha y hacia abajo, una estrecha senda.
Por donde transitamos perdiendo altura hay una pequeña corriente, el arroyo del Piornal, dependiendo mucho su caudal de la estación. Más abajo se une al río Manzanares que viene de la izquierda, proveniente del ventisquero de la Condesa, en la cara este del Alto de Guarramillas. A su vez, algo más abajo vuelve a unírsele otra corriente por la izquierda, el arroyo de Valdemartín.
El sendero alcanza una curva de una pista con un puente, el puente de los Manchegos. Hay que seguir por la pista hacia la izquierda unas decenas de metros hasta un hito de piedras que señalan el desvío a tomar para bajar hacia la ribera del río, que recorreremos.
Estos cursos de agua cuentan con pequeñas cascadas y pozas. A tener en cuenta que el baño está prohibido.
Podemos destacar la Poza de Nerón y el Chorro Grande. A la primera se llega tras superar un curioso árbol retorcido y fundido con una piedra en el camino y luego una gran piedra a la izquierda del sendero. Descendemos hacia la derecha, llegando al río y disfrutamos de la Poza de Nerón.
Posteriormente, remontamos hasta el camino pedregoso por el otro lado. Cuidado, no basta alcanzar una senda terrosa, sino que hay que proseguir el ascenso hasta el sendero pedregoso.
Algo más adelante salimos del bosque y empezamos a bajar en zigzag. En una curva a la izquierda, se presenta una senda que sigue recto, con la marca de que el sendero PR no sigue por ahí (líneas amarilla y blanca en aspa). Pues bien, hay que seguir esa senda y por ella arribamos al mirador del Chorro Grande. A un lado disfrutamos de la vista del mismo, e incluso de toda una serie de pequeñas cascadas anteriores, así como una poza a sus pies. Y, al otro lado, se nos muestra la grandeza de la Pedriza.
Después del Chorro Grande comenzamos a perder más altura. Cruzamos unas piedras enormes y vamos descendiendo más o menos en zigzag por terreno pedregoso. Atención, en un determinado momento en lugar de seguir el camino que nos introduciría en el bosque hay que girar a la derecha. Hay un cartel de madera de “Paso” marcando la dirección correcta. Seguimos unos metros, nos encaramamos a unas piedras y atravesamos el río por un pontón de madera (Puente del Retén).
Proseguimos por una senda de tierra en un pinar, que concluye, descendiendo unos escalones, en la pista, en el Puente del Francés (llamado a veces de los Franceses).
Finalmente, esta misma pista nos lleva, con alguna trocha, hasta Cantocochino.